jueves, 27 de agosto de 2009

Vacaciones de todo.

Tenía pendiente poner un post sobre las vacaciones, así que lo pongo ahora, porque mas tarde ya no tendrá mucho sentido y lo mismo ni me acuerdo.

El deseado descanso iba a ser repartido, entre 4 días de viaje turístico, y el resto de descanso playero por las playas de Cádiz.

El destino turístico, fue escogido en el último momento entre un amplio abanico de carísimas alternativas de casi última hora.

Unas premisas que teníamos claras para el viaje. Descanso y desconexión.
Dormir lo necesario y un poco mas. Nada de palizas.
A propósito de eso: tampoco nada de correr, ni nadar, ni pedalear en ningún sitio.
Ni hablar de triatlón, ni conectarme a Internet, Nada.

La cosa pinta bien para la desconexión total, porque unas horas antes de coger el avión, mi reloj cae suavemente al suelo rompiéndose violentamente. Lo que tiene el golpecito en el sitio preciso.
No puedo evitar ciertas consideraciones pseudo- superticiosas, fruto de los nervios, del tipo: Tío, se te acabó tiempo.

La primera etapa desconexión del Mundo por la Costa Azul, en Francia, salió estupendamente. Durante 4 días, no vi noticias, no me conecté a Internet, no vi un solo periódico.
No pensé en el trabajo, ni en el calor de Sevilla, ni en los entrenamientos, ni en el triatlón.
En ese retiro espiritual y ayuno voluntario de mi realidad cotidiana, tuve mis tentaciones, como cualquier otro débil pecador, y no pude evitar echar en la maleta las zapatillas de correr (por si acaso).


Otro momento de zozobra espiritual en mi propósito de liberar la mente de los entrenos y triatlón, fue cuando conduciendo ágilmente mi coche alquilado por una bella carretera costera, una pintada en el asfalto me hizo gritar:
- Mira, mira, ¿Te has fijado?. Esa, esa marca naranja en la carretera…..
- ¿El Qué? ¿La w esa?
- No, no, es una “w”. ES una “M” que está del revés. ¡La M dot!!!
No era una alucinación alguien había pintado el símbolo del Ironman en esa carretera, a pocos Kms de Mónaco, por la carretera que llaman le Grand Cornice, a algunos kms mas de Niza… ¿Quién lo iba a decir?

- De verdad, que te juro, que yo no sabía, que ni idea de que aquí se hacía un Ironman. Que ya sabes que prometí desconectar de todo, y del triatlón también.

Los siguientes días en la playa, segunda etapa de mis vacaciones, estuvimos algo menos desconcetados, ya que ahora los telediarios eran en español, pero persistíamos en el mismo espíritu de aislarlos de nuestras rutinas habituales.
Si acaso alguna vez me calcé las zapatillas, por aquello de que las tenía a mano, por trotar un poquillo y no oxidarme. Y de paso compraba el pan.


Pues eso, algún rato largo de trote por las dunas, con la camel back que no se qué hacía en mi maleta.
También algún baño prolongado con las gafas en el mar.
- No, no estaba nadando. Es que había peces, solo los seguía un poco.

Mi chica me ha jurado que las próximas vacaciones iremos a algún sitio con nieves perpetuas.

Aun no le he hablado del triatlón de invierno.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Deporte, salud, y longevidad.

Los que andamos buscando ampliar nuestros límites, algunos con mas determinación y acierto que otros, experimentamos cambios en nuestro cuerpo, adaptaciones sorprendentes al esfuerzo, que nos estimulan y animan a dar mas pasos, a buscar nuevos objetivos.

Incluso cuando no buscamos progresar, perseguimos objetivos, y seguimos enganchados. Porque el deporte engancha.

Pero, ¿Es bueno?

Hay estudios y opiniones para todos los gustos.

Galeno, padre de la Medicina, afirmaba:
"Los atletas llevan una vida contraria a los preceptos de la higiene, y según mi entender más favorable a la enfermedad que a la salud. Si ya mientras se mantienen activos su organismo se encuentra en peligro, el deterioro es aún mayor tras abandonar su vida profesional; de hecho si no fallecen al poco tiempo, nunca llegan a alcanzar una edad avanzada"

Sin embargo un estudio finlandés buscó poner a prueba esa afirmación analizando una población de 2613 deportistas finlandeses que habían representado a su país en los Juegos Olímpicos, Campeonatos de Europa y del mundo, y otras competiciones internacionales entre 1920 y 1965, los autores observaron que la edad media de supervivencia era de 75,6 años en los deportistas de resistencia, frente a los 71,5 de los de especialidades de potencia, y los 69,9 de una muestra de 1712 adultos sedentarios.

La mayor esperanza de vida estaba sobre todo relacionada con una menor mortalidad cardiovascular. Parece por tanto que la esperanza de vida de los deportistas de resistencia no sólo no se ve acortada, sino todo lo contrario.

Hay que matizar, que a los deportistas les suelen acompañar otros buenos hábitos de vida, que pueden desvirtuar un poco el resultado.
No solo es el deporte que hacen, también el que no suelan ser fumadores, la propensión a cuidar su alimentación, y a mantener cierta actividad física de por vida.


Los autores del estudio pudieron comprobar como el número de días de hospitalización por persona y año, era menor en los ex deportistas, y sobre todo en aquellos que habían realizado deportes de predominio aeróbico o de resistencia. Ello respondía a un menor requerimiento de atención hospitalaria por enfermedad cardíaca, respiratoria, y cáncer, pero no así por alteraciones musculoesqueléticas.

Sin embargo, existen suficientes argumentos que nos permiten afirmar que parece que más importante que un posible aumento en la esperanza de vida, lo que el ejercicio puede mejorar es la calidad de esa etapa final de la vida.



Foto: Buscando para ilustrar el articulo, aparació este señor: Julián Bernal (gallego). Record del Mundo de 3000 m para mayor de 90 años. Tiempo: 19 m 59.

Rebajó el record anterior que duraba ya mas de 4 años, en casi 4 minutos.