viernes, 16 de noviembre de 2012


¿Comparación forzada o forzosa?


Antes lo hacía mas a menudo, pero ahora no ocurre mas de una vez al año que trato de cumplir, con el subtitulo de este blog, y escribir alguna cosilla que no sea estrictamente triatlón.

Vaya por delante que estas reflexiones las hago desde la ignorancia. Que lo mismo se yo de Economía que de arreglar bicicletas. Y por si alguien sigue en la duda, lo mismo se de arreglar bicis que de cocina camboyana.

Vivo hace años con la sensación, de que en esta partida de Monopoli o Pale (para los mas antiguos), se ha permitido jugar a la Banca con una ficha en el tablero.
Pido perdón por la comparación lúdica aplicada a un drama real.
Si en este juego permitimos a la Banca actuar sin límite, haciendo inversiones, comprando y vendiendo propiedades, construyendo, regentando hoteles.... el equilibrio no tardará en perderse en favor de la Banca con el resto de Jugadores en manos de ella, que tirará el dado por todos.

Y yo tengo la sensación de que desde hace mucho se permite a la Banca jugar con ficha en muchos tableros, en muchos negocios que no son el suyo (seguros, inmobiliaria, inversión, ventas).
Se que es muy simplista y que parece que me apunto a un carro muy de ahora de demonizar a la Banca. Pero no es así. Es solo tratar de entenderlo..

Un poco esa corriente de señalarlos como los malos, me hizo encontrar el otro día en el Facebook, un comentario a una foto antigua de un individuo poniendo fin a la partida con un salto desde lo alto de un rascacielos de Wall Street.
Y en el pie de foto, comentaban:
Por lo menos en la crisis del 29, eran los banqueros los que saltaban por la ventana.
La compañía de tierras -  es decir,
el banco cuando posee tierras
Y yo pensé que hasta donde se, los que se suicidaron fueron inversores y brokers arruinados. Los Bancos, en aquel entonces como ahora, mas que perder, ganaron.

Y entonces me acordé de un libro que va  a hacer 2 años que lo lei. Como pasa el tiempo.
Cuando lo leí me pareció terriblemente actual, y ahora, dos años después,  me lo sigue pareciendo.
Es una novela que habla de otro país, de otro tiempo (hace casi 100 años), de otros actores, de otra crisis.
Merece de verdad la pena. Ahora dejo de escribir yo, y lo hará  John Steinbeck.

"Los grandes propietarios, nerviosos, sintiendo el cambio, pero sin saber nada acerca de su naturaleza. Los grandes propietarios, dirigiendo sus esfuerzos contra lo inmediato, el gobierno en expansión, la creciente unidad de los trabajadores; atacando los nuevos impuestos, los proyectos; sin darse cuenta de que estas cosas son resultados y no causas. Resultados, no causas; resultados, no causas."

dos hombres no están tan solos ni tan perplejos
 como pueda estarlo uno
Los Estados del oeste, nerviosos ante el cambio que comienza. Texas, Oklahoma, … California. Una familia expulsada de su tierra. Padre pidió dinero prestado al banco, y ahora el banco le reclama la tierra. La compañía de tierras -  es decir, el banco cuando posee tierras – no quiere familias para trabajarlas, quiere tractores. ¿Es algo malo un tractor? Es buena la energía que abre los largos surcos?. Si el tractor fuera nuestro, sería algo bueno, no mío, sino nuestro.
(…)
Un hombre, una familia, obligados a abandonar su tierra; este coche oxidado que cruje por la carretera hacia el oeste. Perdí mis tierras, me las quitó un solo tractor. Estoy solo y perplejo.
Y por la noche una familia acampa en una vaguada, y otra familia se acerca, y aparecen las tiendas. Los dos hombres conferencian en cunclillas (…)

(..) Tu que temes el cambio (…) Aquí está el principio vital de lo que temes. Este es el cigoto. Porque aquí “he perdido mi tierra” empieza a cambiar, una célula se divide y de esa división crece el objeto de tu odio: “Nosotros hemos perdido nuestra tierra”. El peligro está aquí, porque dos hombres no están tan solos ni tan perplejos como pueda estarlo uno. Y de este primer “nosotros” surge algo aun mas peligroso “Tengo un poco de comida” mas “Yo no tengo ninguna”. Si de este problema el resultado es “nosotros tenemos algo de comida”, entonces el proceso está en marcha. Ahora basta una pequeña multiplicación para que esta tierra, este tractor, sean nuestros..….

Las Uvas de la Ira (Jhon Steimbeck)

jueves, 1 de noviembre de 2012


No puedo vivir sin Tri. No hay manera.



Creo que el Mundo conspira para que no me aparte ni ligeramente del Tri deporte.


Estas semanas de descanso, anuncié satisfecho y saciado de triatlón a mi entorno que declaraba una tregua unilateral, por la que quedaban libres de daños colaterales del triatlón, mi familia, novia y amigos.
Tocaba descansar, y ser persona normal sin extraños horarios encorsetados por entrenamientos. Aunque hiciera algo de actividad física, evitaría a toda costa que fuera nadar, pedalear o correr.
Palos de Golf en su Prisión.

Arranqué la iniciativa, rescatando mis palos de Golf de su prisión, para tratar de congraciarme con ellos. Dediqué dos días consecutivos al paciente ejercicio de lanzar bastonazos a una bola, en ocasiones al aire, otras veces al suelo, y alguna otra al propio objetivo. No adelanté gran cosa, salvo un dolor de espalda como si hubiera estado talando árboles todo el fin de semana con un hacha de un bazar chino.
Quizás la Providencia quiso proteger la salud de mi espalda, o sencillamente el Mundo conspiraba para hacerme regresar al redil. El caso es que no ha dejado de llover desde entonces, con lo que el Golf dejó de ser una alternativa.

Así que tracé un plan B y le dije a María que me iba al gimnasio:
-          ¿A entrenar? Tu estabas de descanso.
-          No, no…. Voy a hacer Bodi Pún.
-          ¿Body Pump? (en cuanto puede me deja en evidencia con los idiomas)
-          Eso.

Y así lo hice comprobé el horario del gimnasio y vi que a las 7:45 tenía ocasión de estrenarme en una actividad distinta.
Al día siguiente, Juan (monitor de natación) me saluda:
-          Qué Máquina ¿A hacer unos largos?
-          No, no. Vengo a probar eso del Bodi Pán.
-          ¿ Bodi Pún?
-          Eso.

Pues me explica que al parecer llegaba tarde, porque los asiduos sabían que de siempre la convocatoria extraoficial era las 7.30, y yo llegaba a las 7.55, que en realidad es temprano si se tiene en cuenta la “hora oficial” de la clase 7.45, una vez rectificada con mi uso horario particular, que consiste concretamente, en una desviación típica que se calcula sumando al horario insular de las Islas Canarias, 70 minutos.

La clase ya estaba rodando, perdón, que estos no ruedan… quiero decir que ya había un puñado de publico, íntegramente masculino, haciendo sentadillas con pesas al ritmo de la música y la vista concentrada en dos objetivos,  entre el reflejo de su postura en el espejo y las posturas de la profesora.

Profesora que por cierto, me taladra con una mirada a través de unos párpados entornados, gesto que interpreto como hostil, aunque por la hora bien podría ser tan solo un poco de sueño.
-          Estamos acabando. La clase era a las 7.30- Me dice justo en el momento en que mi pie derecho acababa de aterrizar en su sala de Bodi loquesea.

Como me ve dudando en el quicio de la puerta  haciendo cálculos mentales con  mi uso horario, la hora oficial y la hora clandestina, me dice apremiante.

-          Entra si quieres, pero ya solo queda trabajar los “músculos pequeños”.

Yo pienso en decirle “Ea! Pues eso, si mis músculos son pequeños, mire, mire… músculos de triatleta canijo”. 
Pero como no daba la impresión de que esa mirada, ya fuese hostil o fuese somnolienta, me estuviera invitando a otra cosa que no fuera marcharme, lo que hice fue sacar el pie derecho de la sala, y cerrar la puerta.

Y me encontré a las 8 de la mañana, con camiseta, pantalones de correr, y zapatillas de correr, sin saber muy bien que hacer. ¿Qué hice? Pues salir a correr, está claro.

Podría seguir aburriéndoos con otros tantos intentos infructuosos de abordar otras actividades.
-Padle con amigos de agenda repleta.
- Baloncesto de convocatoria menguante hasta su extinción,   que son las que pasan “De partido a doble campo”, a “Si eso un tres contra tres”, a “Ya si eso te llamo y quedamos los dos para unos tiritos”.
- Y Otras sesiones de Bodis nosecuantos.

Y lo del “Sentadito en el sofá”, pues tampoco acaba de salirme bien.

Y al final lo que he sacado en claro estas dos semanas de descanso, han sido un par de sesiones de natación, y otras tantas de carrera. También dos de spining que es pedalear al fin y al cabo.

El Mundo no me da salidas. La gente sigue sin jugar conmigo a nada. Y siguen preguntándome como me ha dado a deportes tan aburridos y solitarios como correr, nadar o salir en bici solo.
Pues si tengo que esperar a que ellos puedan...

No me queda mas que el Tri.
No puedo vivir sin Tri.