Antes doblado que partido

Lo del título viene por la frase de la Ministra Maleni de la semana pasada.

Bueno, la frase no es de Magdalena Álvarez, pero se ha hecho muy popular por haberla esgrimido ella en defensa de las críticas generalizadas por la gestión de su cartera ministerial.
"Antes Partía que doblá". Antes que dar mi brazo a torcer, prefiero que me lo partan.
La expresión, le ha parecido graciosa a sus partidarios, y aunque probablemente no quieran admitirlo, también a los numerosos detractores.

Y es que tenemos una espontánea simpatía hacía el carácter obcecado e indómito, que por otro lado es una cosa muy nuestra.
Mientras en muchos lugares del mundo no se pasaba de la tribu nómada, las ciudades mas antigüas de occidente en nuestra península ya veneraban al toro, y desde entonces, venimos apreciando la inquebrantable determinación de este animal en embestir al enemigo hasta su propia muerte.
Y creo que a los españoles se nos ha identificado siempre un poco con esa forma de ser. Con un carácter apasionado, indómito, y obcecado. Llena está la Historia de ejemplos tipo Numancia. Resistir hasta la muerte.

A veces pienso que ese impulso cabezón ha degenerado un poco y de la machacona e incansable embestida, hemos pasado al apretar dientes y músculos y soportar las puyas. Ahora empujamos menos que aguantamos, y del espiritu bravo e insolente queda una especie de fatalismo que ha convertido la antigüa furia en un tan solo “resistir con entereza”. O quizás no.

Bueno, que me pierdo por ahí, y luego alguno me llamará Pitufo Filósofo y además con toda la razón.

Así que reconduzco el tema, que es fácil, porque lo de “resistir” y embestir machaconamente un objetivo, es muy cosa de triatletas (sobre todo los de verdad, no los de batallita).
Por lo que me toca, y referido a la semana de entrenamientos que acaba de pasar, debo de darle la vuelta a la anécdota ministerial. YO “Antes doblado que partido”.
Se que si quiero hacer el Maratón debo correr unos 40 Km a la semana, y que esta semana he corrido menos kilómetros que la pasada, pero es que he recibido mensajes de mis articulaciones y músculos, que piden calma. Así que antes de tener que interrumpir el entrenamiento por cualquiera de esos palabros médicos terminados en “itis” (tendinitis, periostitis, etc), pues me lo tomo con calma, que antes doblado que partido. Ahí el resumen semanal.

He disfrutado un tranquilo fin de semana en la playa. Una foto para que veais, de mi querida playa del Puerto de Santa María.
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L- carrera 8.5 km.
M- bici indoor 45 min.
X y J-Ná de ná.
V- carrera 8 km.
S- Llueve tanto...
D- Bici de verdad, 40 km, y mucho viento.

(Esta semana volveré a la piscina por fin)
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Papá Pitufo.

El otro día vi algo en apariencia inocuo, que me generó una gran inquietud.

En una peluquería cerca de donde vivo, habían colocado en el exterior, imagino que para preservar la paz del interior, uno de esos cacharritos para echar un euro, montar al niño inquieto, y que la máquina lo menee durante un tiempo.
De este modo se distrae al niño, y se le recluye durante un par de minutos carísimos en una celda sin muros ni rejas de un metro cuadrado.

Pues el otro día, había un típico “niño trasto” meneado por el artefacto. El niño que ya se montó enojado, rompió en un ataque de lloros y mal genio cuado se vio, primero expulsado del lado de su amantísima madre más allá de las fronteras del establecimiento, y después repatriado en un cayuco de metro y medio de eslora, patroneado por Papá Pitufo.

Mientras su madre negociaba con la autoridad local el tinte de su pelo, él era expulsado con la connivencia de su padre y embarcado en aquella cáscara de nuez.

Se habla entre las virtudes de los niños de su poderoso instinto, ese del que están llenos al nacer, y que se vacía y pierde en la medida que se sustituye por la racionalidad y por lo aprendido.
Ese instinto que le llena de miedos ancestrales, que no son otra cosa que aviso de peligros reales, invisibles a los ojos de los adultos. Porque realmente el chico tiene motivos para tener miedo.

En una diminuta embarcación, de un material sospechosamente pesado, se dirige a quien sabe donde, en mitad de una importante marejada, y acompañado por un tipo azul semidesnudo que le mira desde la proa con rostro petrificado e inquietante sonrisa.

Lo que mas miedo da al ser humano es lo que no entiende. Y el niño no entiende porque sonríe Papa Pitufo, ni porque se carcajea su padre. ¿Es que nadie ve el peligro?

El crío meneado de babor a estribor tiene delante al tipo azul sonriendo, y cuando dirige sus ojos llenos de lágrimas arriba ve, largo como un personaje del Greco a su padre riéndose. Es que da miedo. Claro que da miedo.

Qué tipo de confianza ciega ha podido llevar a su padre a embarcarle con aquel completo desconocido de calzones rojos, que lo mira inmóvil, y le concede el timón sin darle una sola orden.
Aun concediendo que el niño haya oído hablar de los pitufos, el tema da susto porque salvo el Pitufo deportista, los demás no saben nadar.

¿Es porque se llama Papá?. La confianza la da su cargo entonces. ¿Ser Papa Pitufo supone que sepa lo que hace?
Es absurdo. Su padre confía a su propio hijo a las manos de un personaje que ha sido un brillante Jefe de Aldea, un notable Gestor de los problemas del Bosque, y brillante estratega en la guerrilla frente a Gárgamel, pero que por la inercia de su brillante carrera profesional, se ha encontrado de pronto elevado a un puesto para el que es absolutamente incompetente. Capitán de barco y no sabe de barcos, no sabe ni nadar, y sonríe por puro instinto político de conservación en la confianza de que el crío no la cague con el timón. Directos al Naufragio con una sonrisa.

Que ningún malintencionado crea que hablo de alguien de la política nacional, autonómica o local. Ni tampoco ningún dirigente extranjero.
En realidad al escribir esto pienso en la mayoría de ellos. Vale para muchos. Lo dejaría en unos puntos suspensivos que cada uno rellene con el nombre que quiera. ¿Vale?

PD. Después de escribir esto, alguien ha tranquilizado mi inquietud explicándome porqué sonríen siempre los pitufos………... porque la hierba alta les roza los huevecillos.

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Entrenos.
Vuelta a la actividad. Poco a poco.

L – 6.5 Km trote suave.
M – 5 Km trote sueave + 20 min bici indoor (intenso)
X- NADA
J – 6.5 Km trote suave.
V – partidillo de padel.
S,D _ relax
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Acabé con Clark Kent.


Os acordareís de como en los comics que leíamos (si no os acordais es muy triste), casi siempre suele haber una historia en la que el superhéroe le toca enfrentarse al dilema de elegir entre sus dos identidades, la pública y la secreta.

No soy desde luego ni Super nada, ni tan siquiera héroe ocasional. Nada de nada, pero he de decir que he acabado con uno de mis "identidades", aunque ninguna de ellas fuera secreta.


Desde los 15 años uso gafas (lentillas cuando puedo). Ya entonces me decían en el Instituto Clark Kent.



Desde entones al menos héroe de mis dos personalidades, le he ido arrinconando con muchas horas de lentillas, y le he recluido entre las paredes de la oficina y del hogar. En las horas de descanso y los maratones de ordenador en la oficina.


El lunes pasado, como habría sido propio de un comic, un laser puso fin a Peter Parker, a Clark Kent, y de él solo quedan unas gafas de ver en mi mesa, y un bote con lentillas en el baño. No creo que lo vaya a echar de menos, pero lo recordaré con cariño.

No os podeis imaginar lo contento que estoy viendo todo, todo, todo desde el principio al final del día, sin monturas colgadas de mi nariz, sin lentes adosadas a mis ojos, sin líquidos ...... ¡que liberación!.



Respecto a los entrenos: toda la semana parado por prescripción de la doctora.


En otro orden de cosas: van apareciendo mogollón de fotos de la pasada temporada poco a poco.Ahí os pongo una mía en acción (Tri Olímpico de Sevilla), y otra con compañeros del club al final del Triatlón de Rota.

















RESUMEN DE ENTRENOS.

L, M, X, J- NADA de nada
V- Corrí el viernes 6.5 Km suaves, y la semana que viene regreso al pateo y el pedaleo. La piscina debe esperar aun dice los galenos. Ellos mandan.
S, D- Mas NADA