lunes, 13 de junio de 2011

El Corazón de las TRInieblas.

Tenemos un compañero en el Club, que tras acabar el Ironman de Lanzarote, y el Desafío Doñana, ese mismo año, desapareció. Mi amigo Kurtz.

Algunos dijeron entones que desapareció absorbido por alguno de los muchos deportes que practicaba incapaz de comprometerse a fondo con el triatlón de larga distancia.
La gente decía que si el padle, que si el basket.... pero yo creo que fue el golf.

Si. Sabemos que ese mismo año Kurtz se apuntó a un curso de una escuela de golf y desapareció de las quedadas de bici, y las competiciones de Triatlón.

Este episodio incrementó mucho mi miedo al golf. Ya me habían hablado de él como una práctica sumamente adictiva. Se dice de los golfistas, que a menudo pierden la conciencia del mundo real con ensoñaciones de partidas imaginarias,
A veces los ves parados en el descansillo de una escalera practicando con sus brazos un swing que lance una bola imaginaria a través de la ventana de su edificio de oficinas.

A mi me dan mucho miedo las adicciones. Pero ya se sabe, la seducción misteriosa de algo desconocido, la atracción de la manzana que cuelga del árbol prohibido del conocimiento...y también saber. Quería respuestas. ¿Qué fue lo que apartó a mi amigo Kurtz del Triatlón?.

Me apunté en la misma escuela en la que se perdieron los pasos triatléticos de mi amigo. Solo por probar. Solo un solo día a la semana, y sin interferir en mis entrenamientos.
No se como cometí semejante fallo. Faltándome tiempo para entrenar, me apunté a otra cosa.

Y así fue como mis viernes se volvieron mu raros. MU RAROS.

Los Viernes: Es la tarde que tengo libre, y como a menudo mis fines de semana son complicados, suelo aprovechar para salir con al bici el viernes.
Es absolutamente imposible hacer una buena salida de bici, e ir a jugar al golf en la misma tarde, salvo que aproveche los trayectos en coche.

Vecinos míos me han visto en el garaje los viernes dirigirme al coche empujando mi bici con la mano derecha, en la izquiera la bimba y una bolsa de deportes.
Los pies taconeando con las botas de la bici, el mallot, y el culotte puestos, y para completar el equipo a la espalda, una bolsa con un juego completo de palos de golf.

El desconcierto de los vecinos es total, cuando me ven subir todo eso al coche. Ninguno se ha atrevido a preguntarme. Yo creo que piensan que soy el loquito del barrio.
Como poco pensarán ¿A qué coño juega este tío subido en una bici con palos de golf?

Pues si.
Muchos de mis viernes han sido: salida de bici de 3 horas. Transición 1: A correr 20 minutos suaves. Transición 2 a jugar al golf.
Que nadie se ria. Lo mismo dentro de 15 años es deporte olímpico y lo echan por Eurosport.

Mi swing sigue siendo malo, y no llego muy lejos con la bola. El otro día el profesor se me quedo mirando con cara de pena y me preguntó:
- Oye Jesús ¿Tu haces deporte? Te veo poco fuerte. ¿Estás cansado?.
Claro le tuve que decir:
- Mira, machote,¿como te lo explico?. Yo soy difícil de cansar.

Unos meses después confieso que experimento algunos síntomas de adicción, pero controlados.
No obstante sigo siendo un triatleta, sigo queriendo serlo. Uno es triatleta hasta la médula y no puede disimularlo. Se me nota en muchas cosas.

Por ejemplo en mi tendencia a correr a buscar la bola por el campo como un perro perdiguero.
Por supuesto la gorra que llevo cuando salgo al campo, pone Ironman.
O cuando una bola va al agua me dan muchas ganas de buscarla (pero me aguanto, por ese rollo de la etiqueta). ¡En peores sitios ha nadado un triatleta.
Además después de la bici y carrera suelo tener hambre, claro, así que de la bolsa de golf, suelo sacar, barritas, geles, y manzanas que consumo allí mismo.

En el tiempo que ya dura mi investigación, no he encontrado ni rastro de mi amigo Kurtz, en esta intrincada selva por más que he seguido sus pasos. Sin embargo he descubierto que allí se encuentran algunos otros triatletas perdidos. No daré nombres por si les molesta. Ellos saben quienes son.
Pero a mi todo esto me está dando ya mucho miedo.

Creo que aun puedo argumentar que soy triatleta.
Y sigo queriendo ser Ironman de nuevo.
No creo que me pierda como Kurtz.

8 comentarios:

davidiego dijo...

date tiempo...

Xocas dijo...

(Acabas de darme una idea para una entrada.) Me apuntaron a una clase de una tarde de golf. Pensé "¡qué rollo! no me gusta nada" y al cabo de unos días me di cuenta de que pensaba continuamente en porqué no habría sido capaz de hacer un swing mejor y en lo bien que le gané al tipo de administración en el green. Tengo claro que no debo apuntarme a nada más, porque me pierdo. A mi pesar, me perdería.

Jesús dijo...

Davidiego, ya lo se, ya lo se.

Xocas, ya te digo que me está dando miedo. Que es verdad lo de que me he encontrado por allí triatletas perdidos. Da miedo. Espero no perderme.

Emilio dijo...

Eyyyyy otra adiccion mas?? Cuando se considera enfermedad grave???;-)), cuidate y haztelo mirar tio¡¡¡

Mildolores dijo...

Yo me sé de otro. Este habita (o habitaba en Murcia) Cualquiera de los tres comentaristas anteriores seguro que saben de quien me he acordado.
Un deportista de largo aliento. probó los palos y... ¡Pof!

Copio el enlace y se lo envio. aun tengo su correo (si es que no me lo rechaza)

Jesús dijo...

Emilio, digo yo que enfermedad será cuando empiece a saltarme entrenamientos por ir a dar bolas, o cuando en una salida larga de bici, ande pensando en estas cosas.

Mildo, No estoy seguro, pero por la descripción me encaja cierto triatleta genial al que yo leía (a lo mejor me equivoco).

stani dijo...

Acho, que chulo, aún siendo verdad me he reido un montón, a mí me pasa con el fútbol-sala mi otra gran pasión, siempre juego con camisetas de tris...., sin duda Mildolores habla de mi vecino Dovalico que hace mil años que no sé nada de él....ya volverá, tiempo al tiempo..

Jesús dijo...

Ya sospechaba yo que se trataba de D. Ramón... En fin prevenido estoy contra esa aficción si se ha "tragado" a tanta gente y también al gran JetLagMan.
Me andaré con ojo.