jueves, 14 de noviembre de 2013

Conversaciones con un Pavo


He salido temprano a completar mi rutina de entrenamiento. 
A los pocos minutos amanecía, y el día empezaba a ofrecer misteriosos indicios  de lo que acabaría por ocurrir.

Iba corriendo, Camino del Parque de Mª Luisa, corriendo paralelo junto al Carril Bici magnífico que tenemos en la ciudad. No en vano, el mejor carril bici de España.

Al poco de empezar a correr, por poniente, el cielo empezó  a tornarse rosado, anticipando el amanecer... Un momento ¿Poniente?. 
En efecto el Puente del Quinto Centenario se recortaba sobre un cielo violáceo como si acabara de ponerse el sol, o mas bien como si fuera a amanecer por el Oeste en lugar de asomar el sol por Levante como haría  cualquier día normal.

Me tranquiliza ver que al Este también comienza a clarear por lo que debe ser solo uno de los bonitos efectos que ofrece el cielo de noviembre, o en el peor de los casos un doble amanecer.

El caso es que continuo corriendo camino del Parque, disfrutando del aire fresco de la mañana, adelantado continuamente por gente en bici, caminos de sus trabajos, de sus clases en la Universidad, deportistas... de todo hay.
Una de las cosas que tienen estas mañanas mas frescas de noviembre es que el frío parece afinar el sentido  del olfato, y es como si los olores se quedaran flotando en el aire mas tiempo.
Se puede oler fácilmente la colonia o el perfume que alguien dejó en su camino incluso varios minutos después. Son olores que quedan marcados en el camino como huellas en la arena de la playa y que no van a desaparecer hasta unos minutos después.

Sin embargo, como anecdótica consecuencia del éxito del carril bici y su uso masivo por los sevillanos está el hecho de que, quizás por miedo a sudar durante su pedaleo y apestar a sudor durante el resto del día, los usuarios de la bici se inundan en todo tipo de fragancias.
Yo corro desde hace años por la Avenida de la Palmera, y puedo asegurar, que las fragancias utilizadas ahora son mucho mas intensas, se han administrado en dosis mucho mas generosas, y se emplean cada vez mas potentes perfumes en sustitución de las colonias.

Podrá entenderse que al finalizar mi calentamiento, y dado el enorme tráfico de ciclistas perfumados, cuando entré en el parque sentía un intenso mareo, un extraño vacío en el estómago, y se me ofrecía una visión calidescópica sembrada de luces del camino del Parque.
No obstante como voy corto de tiempo, sigo con mi rutina y empiezo el primero de mis cambios de ritmo. La sensación es extraña pero gratificante. Me siento veloz y ligero. Juraría que mis pies solo rozan el suelo, y que corro a una velocidad imposible. 

¿Será efecto del colocón de aromas que llevo? Sin tiempo de responderme a punto estoy de atropellar a mi gran velocidad a dos Pavos Reales que están en el camino.

Ya está. Veo visiones. O quizás signifique algo. He tenido por fin la aparición de mi animal totémico, el que ha de inspirarme en los momentos mas trascendentes. Supongo que es una suerte de señal. Habría preferido un tigre, un aguila, o un lobo. Pero me ha tocado un Pavo. ¡Vaya por Dios!

Que tipo de espíritu insuflará a la hora de competir tener semejante Totem. Que inteligencia alumbrará mis decisiones mas importantes. Solo alcanzo a imaginarme preparando los boxes de los triatlones escuchando en mi Mp3 a Jose Luis Rodríguez "El Puma"   ... Pavo Real Uuhhh Pavo real Uuhh .... 

Yo que me he detenido en seco para no atropellarlos, cierro por fin la boca, justo  cuando uno de los dos animales levanta la cabeza, y me dice: 

- Ola Ke Ase. 
Imaginaros como me quedo. La boca se me vuelve a abrir. ¿Qué me pasa? Veo luces, amaneceres dobles, 2 pavos reales, y uno me está hablando.

No obstante, como me pierden las formas, no voy a ser grosero, ni siquiera con un pavo.

- Yo estoy entrenando.....Y ¿Tu? ... Pero. Estoo.... ¿Qué haces aquí? ¿Eres real??

- Si bueno soy Real, pero te permito, es mas te agradeceré que me trates solo como Pavo sin mas. Porque estamos en un parque público, y últimamente la realeza y ese tipo de tratamientos están un poco de capa caída. Hasta mal visto. La Casa Real no está de moda por lo que se ve.

Yo sigo sin tenerlas todas conmigo, pero alucinación o no, me niego a seguir hablando con un Pavo.
Pero no tengo alternativa. El pavo trota al lado mía y continúa:

- A qué viene tanto asombro. Le noto sorprendido. Sepa usted que en este Parque siempre ha habido Pavos. Me acuerdo en la exposición Iberoaméricana  de 1929 cuando ......

Adiós ¡Un pavo plasta!.  Yo ni Mu, a ver si se aburre.

Como no le sigo el rollo, Me dice :
- ¿Que vas a hacer?

- Hoy tengo unos 10 km con 10 cambios de ritmo de un minuto.- Por cierto que el bicho me ha aguantado el primer cambio de ritmo sin dejar de hablar.

- Llevas las rodillas bajas, taloneas demasiado. Deberías alargar la zancada, inclinar algo el cuerpo hacia delante, y tratar de pisar con el antepié.


Me siento un poco herido en mi amor propio de triatleta experimentado, y le contesto:

- Cuando se ha visto que un pavo de referencias de como se debe o no se debe correr.

- Perdona, tendrías mucho que aprender si me escucharas. Has oído hablar de Wang Junxia. Gran atleta que siguiendo el entrenamiento del chino Ma Juren, consiguió ser realmente veloz. ¿De donde crees que sacó Ma Juren sus principios de entrenamiento?
Yo hablé con él. Le dije: "Tus chicas deben mover los brazos como avestruces" le aconsejé.
Y ahí están los resultados.

- Lo siento, pero no he oído hablar de eso. No será tan famoso.

- Eso fue porque dejó de seguir mis consejos, y se empeñó en excentricidades, cosas raras, como dar de beber a sus atletas sangre de tortuga.

- Ya claro- le dije- beber esa sangre tiene que hacerle a uno lento. Se tenía que haber limitado a escuchar las lecciones de un pavo que se cree avestruz.

Puso cara de acusar el golpe. O eso creo, no se que cara pone un pavo cuando se ofende, pero uno de los párpados se le cerró un poco.

Vale. Quizás me pasé. Pero aun no había desayunado y estaba siendo una mañana muy rara.
No se lo tomó demasiado bien. Alzó el pico, y me miró con desdén (creo), y desapareció detrás de un seto sin decir una palabra.

Yo continué con mis cambios de ritmo, pensando en todo esto. Hasta la fecha no lo he visto mas, a pesar de haberme intoxicado con colonia a menudo en mi camino al Parque.
Debo admitir que desde ese día traté de levantar un poco mas las rodillas, y echar algo el cuerpo adelante.

No se si volveré a ver al Pavo. Hace ya unos días de aquello y me gustaría que comentara mis progresos.

4 comentarios:

Ahastari dijo...

Cuidado Jesús con las fragancias que dejan secuelas. Me alegro que sigas entrenando. Nos veremos muy pronto. Saludos campeón.

Jesús dijo...

Echémosle la culpa a las fragancias je je ;) . Nos vemos

Tortuga dijo...

Mañana me paso a ver si veo al pavo y me da unos consejos a mi tambien, o mejor a ver si lo veo en la piscina, ahi si que soy un desastre, jejeje.
Un abrazo!!

Jesús dijo...

Ja,ja, Carlos. No se de natación entiende este. Lo mismo. Si no nos buscamos un pato, je je. Un abrazo.