Pequeño balance y escala alternativa.
Toca una de balance de situación. Voy a contar como va mi asalto a mi 2º IM.
Falta solo un mes y medio, y estoy tan tranquilo.
Llevo unos días con la sensación de estar en mala forma, pero creo que en parte es por el calor, y que voy necesitando unas vacaciones.
Para convencerme de que no estoy tan mal, miro los datos de mis entrenamientos, y la gráfica me devuelve un dibujo en forma de dientes de sierra.
Semanas sobresalientes combinadas con otras por debajo del mínimo exigible. Y así todo el tiempo durante los últimos 2 meses. Irregular.
Unas molestias en el aquiles, me han hecho parar de correr hace un mes y empezar de nuevo con la carrera a pie, hace unas dos semanas.
Las mejores noticias:
- Creo que a pesar de todo he cogido muchísimo fondo con la natación y la bici. Y se está notando ahora que empiezo también a correr. Creo que estoy bastante mejor de forma que las sensaciones que me producen el bochorno y el calor del verano.
- Tengo tres semanas por delante, con mucha carga que coinciden con mis VACACIONES, en las que espero como dicen los que la tienen, dar el salto de calidad. En mi caso alcanzar el mínimo de supervivencia en un Ironman.
- ÚLTIMA HORA Hoy ha caído una espectacular y dura sesión de carrera con cambios de ritmo de mas de una hora con muy buenas sensaciones y muy buenos datos.
ADIVINANZA.
En qué emplea el tiempo un triatleta con un Ironman a la vista, cuando después de una escapada de fin de semana dedicado a la persona que mas lo merece en exclusiva, y sin hacer deporte 3 días, le comunican que le retrasan el vuelo de su escala en Barcelona, teniendo que comerse 6 horas entre un vuelo y el siguiente (Este vuelo de regreso lo hace solo).
A- Comprarse el último número de la revista Finisel ó Tri-talycual, y verlas 10 veces.
B- Ir probando todos los fast food del aeropuerto y gastarse el sobrante en el Duty -Free.
C- Comportarse como Viktor Navorski (Tom Hanks "La Terminal") y hacer alguna chapú de fontanería en la T-1.
D- Hacer una Transición: Camiseta, zapatillas, dejar en consigna la maleta, coger un bus a Casteldefels, y correr 1.5 horas por el paseo marítimo de Gavá. Estiramientos, bañito relajante en el mar, duchita, un rato de sol, y vuelta al aeropuerto. Y aun sobraría algo de tiempo para una pizza 4 quesos.
jueves, 28 de julio de 2011
miércoles, 6 de julio de 2011
Un regate a la rutina.
Ahora que me estoy deslizando a los importantes volúmenes del Ironman, mis entrenamientos, siempre solitarios se hacen a veces eternos y algo aburridos.
Este año en la piscina estoy un tanto blandengue mentalmente. Cuando me aburro me marcho, siempre cumpliendo con unos mínimos eso si.
Este fin de semana me pareció una buena idea hacerle un regate a mi siempre solitaria salida larga de bici, para plantearme una excursión en bici. Con gente para variar, y con distinto escenario.
Me apunté el sábado a un descenso del Guadalquivir en bici de montaña. Pensé en paisajes agradables, una buena kilometrada, y como mi programa de entrenamiento no exige aun intensidad, podía estar bien y servirme.
Lo peor fue el madrugón un sábado, y la falta de sueño que arrastraba.
Salimos de Mairena del Aljarafe (Sevilla), dirección Coria del Rio, antes del amanecer, cuando apenas clareaba. Yo con mi bici prestada (Gracias Dani), estaba haciendo los primeros kms de MTB de mi vida, por un carril de tierra muy bacheado y casi a oscuras.
Pues si. No me montaba en una bici con ruedas de tacos desde los tiempos de la BH Bicicross, la Motoreta de GAC, y la California (nostálgico comentario de veterano)
Una vez en Coria, cruzamos en la barcaza el río, y lo siguiente fue descender el curso del Guadalquivir, a veces por caminos de tierra, otras por caminos de grava, y otras, las menos, por casi-asfalto.
Siempre, siempre mucho bache. Y las suspensiones de mi bici que estaban de adorno.
Bueno no hablaré mal de ella, que me llevó hasta el final.
La excursión tenía por destino Rota (pasando por Sanlucar de Barrameda). Unos 114 kms. Luego comida en la playa y vuelta en el Bus.
Ahora, que yo pensé que ya que "había llegado hasta allí" (que es el mismo razonamiento que hizo Forrest Gump al liarse a correr), podía seguir otros 20 kms hasta El Puerto de Santa María, y hacerle una visita a mis padres, y disfrutar de la playa mas tiempo.
En resumen: Ritmo tranquilo, temperatura mejor de lo esperado, y sensaciones magníficas hasta Sanlúcar. No me harté de bici, ni me cansé demasiado.
De Sanlucar a Rota, el calor comenzó a apretar, y pasamos por zona urbana íncomoda. Muchos parones, y mucho calor.
Y finalmente, la ansiada comida y la playa. Bueno, justo en el último km, pinchazo, que resolvimos en plan profesional: cambio de bici, por la de un compañero lesionado que iba en el coche de apoyo, y a seguir.
Lo realmente duro, fue montarse de nuevo en la bici para mis últimos 20 kms, con el calor de la tarde, y la alimentación y deshidratación, a base de tortilla, salmorejo, cervecitas y tinto.
Ahora que me estoy deslizando a los importantes volúmenes del Ironman, mis entrenamientos, siempre solitarios se hacen a veces eternos y algo aburridos.
Este año en la piscina estoy un tanto blandengue mentalmente. Cuando me aburro me marcho, siempre cumpliendo con unos mínimos eso si.
Este fin de semana me pareció una buena idea hacerle un regate a mi siempre solitaria salida larga de bici, para plantearme una excursión en bici. Con gente para variar, y con distinto escenario.
Me apunté el sábado a un descenso del Guadalquivir en bici de montaña. Pensé en paisajes agradables, una buena kilometrada, y como mi programa de entrenamiento no exige aun intensidad, podía estar bien y servirme.
Lo peor fue el madrugón un sábado, y la falta de sueño que arrastraba.
Salimos de Mairena del Aljarafe (Sevilla), dirección Coria del Rio, antes del amanecer, cuando apenas clareaba. Yo con mi bici prestada (Gracias Dani), estaba haciendo los primeros kms de MTB de mi vida, por un carril de tierra muy bacheado y casi a oscuras.
Pues si. No me montaba en una bici con ruedas de tacos desde los tiempos de la BH Bicicross, la Motoreta de GAC, y la California (nostálgico comentario de veterano)
Una vez en Coria, cruzamos en la barcaza el río, y lo siguiente fue descender el curso del Guadalquivir, a veces por caminos de tierra, otras por caminos de grava, y otras, las menos, por casi-asfalto.
Siempre, siempre mucho bache. Y las suspensiones de mi bici que estaban de adorno.
Bueno no hablaré mal de ella, que me llevó hasta el final.
La excursión tenía por destino Rota (pasando por Sanlucar de Barrameda). Unos 114 kms. Luego comida en la playa y vuelta en el Bus.
Ahora, que yo pensé que ya que "había llegado hasta allí" (que es el mismo razonamiento que hizo Forrest Gump al liarse a correr), podía seguir otros 20 kms hasta El Puerto de Santa María, y hacerle una visita a mis padres, y disfrutar de la playa mas tiempo.
En resumen: Ritmo tranquilo, temperatura mejor de lo esperado, y sensaciones magníficas hasta Sanlúcar. No me harté de bici, ni me cansé demasiado.
De Sanlucar a Rota, el calor comenzó a apretar, y pasamos por zona urbana íncomoda. Muchos parones, y mucho calor.
Y finalmente, la ansiada comida y la playa. Bueno, justo en el último km, pinchazo, que resolvimos en plan profesional: cambio de bici, por la de un compañero lesionado que iba en el coche de apoyo, y a seguir.
Lo realmente duro, fue montarse de nuevo en la bici para mis últimos 20 kms, con el calor de la tarde, y la alimentación y deshidratación, a base de tortilla, salmorejo, cervecitas y tinto.
Los demás regresaban a Sevilla sesteando en autobús, pero a mi me quedaban unos durísimos 20 km finales, con el calor de la tarde, sin agua, con la rueda trasera medio deshinchada, y la mochila a cuestas ahora que no había coche de apoyo.
Empezó siendo un paseo y acabo siendo un gran y duro entreno de fondo en bicicleta.
Misión cumplida y un buen cambio de aires.
Empezó siendo un paseo y acabo siendo un gran y duro entreno de fondo en bicicleta.
Misión cumplida y un buen cambio de aires.
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