J llegó por fin a casa, en una jornada agotadora. Pero casi todas lo eran ya, desde que complementó su jornada laboral como profesor de Educación Física, con el entrenamiento personal a una cantidad creciente de clientes.
La mayor parte de ellos triatletas -para algo era entrenador de triatlón- con el triple esfuerzo que suponen en su necesario equilibrio de Las Tres Disciplinas que son Un solo Deporte.
I, notó enseguida que en su aíre abatido había la sombra de una preocupación adicional.
Con la habilidad con la que solo las mujeres saben desenmascarar secretos no tardó en conseguir que confesara la fuente de su nueva preocupación.
Estos días están resultando agotadores |
Leen y preguntan cosas de expertos, pero cuando llega la hora de trabajarlas todo son excusas.... "Que si me ha surgido esto y lo otro, que estaba cansado, que no había dormido, que tenía un bautizo..."
Lo último es que me andan pidiendo son entrenamientos de Multitransiciones. Yo creo que con la esperanza de hacer un gran entrenamiento un día y descansar todos los demás.
Vamos que estos lo que quieren, es pegarse la paliza del último día que se dan los malos estudiantes.
Hay uno especialmente, Guadiana, que no me rinde nada. Dice que no tiene tiempo, y luego se dedica a escribir en un Blog "Batallitas de Triatlón". Se salta entrenamientos, los descoloca, los hace incompletos, y luego se extraña "Qué no voy en Bici!. Que no tengo sensaciones" ¡ Pero si no te subes nunca a la bici!
I escucha atenta, y a mitad del monólogo de J, ya solo se dedica a medias a escuchar, porque al mismo tiempo está pensando en que va a responderle (habilidad exclusivamente femenina).
Debías explicarles todo esto a ellos- comienza a decirle- Me da que les exiges poco. Tu lo que pasa es que eres muy bueno. Un poco de Mano dura. Si en el fondo son masoquistas. ¿No ves que hacen Ironman y cosas de esas?.
Te voy a contar lo que vamos a hacer......
Unos días después Guadiana, enciende agotado el ordenador a las 11.00 de la noche. Se le cierran los ojos, pero dedica sus últimas energías del día a lanzar un S.O.S al "Mister".
Los entrenamientos de estos días están resultando agotadores.
Se acuerda como en el último email, le contaba del Medio Ironman de Sevilla, y como se encontraba solo dos días después "completamente recuperado".
Totalmente arrepentido por aquel momento de euforia, y teniendo muy presente ahora, que uno es dueño de sus silencios, pero prisionero de sus palabras.
Empezó a escribir:
-Querido J, Yo se que cuando me prescribes los entrenamientos, te tomas el máximo interés y te implicas con cariño en nuestros objetivos. No obstante, quería pedirte que al pensar en mi como triatleta, no te inspires por favor, en Eneko Llanos o Gomez Noya. Piensa mas bien en alguien con la forma física y la disposición a colaborar de Falete......
De pronto le llamó la atención un email sin abrir en la bandeja de entrada.
- Estimado Guadiana, las dos próximas semanas estaré de viaje, por lo que te mando los entrenamientos para ese periodo. El viaje es un crucero, por el Oceáno Índico, sin escalas, por lo que estaré sin internet ni móvil hasta mi regreso.
Lamento mucho las molestias que ello te pueda producir.
Guadiana, pasmado, retiró las manos del teclado, apagó el ordenador y se levantó pesadamente de su silla, con los hombros tan descolgados como su cara.
Luego agarrando con desgana su mochila de Ironman, empezó a meter en ellas las zapatillas, el pulsómetro, y todo el material, para el entrenamiento de la mañana siguiente.
Al mismo tiempo la casa de J permanece silenciosa, las persianas bajadas y el correo y la propaganda llenan ya el buzón. Aparentemente vacía.
Sin embargo en el interior, J e I, iluminados por la pantalla del portatil en el sofá, ríen relajados y felices.
Por fin unos días de auténtico descanso.
Los móviles permanecen en la mesa, donde los dejaron al apagarlos hace dos días.
I, le dice riendo a J: Esta te ha quedado muy bien, mientras cuelgan otra foto trucada en el Facebook.
¿Notará alguien que haces los montajes con fotos del Queen Mary?
Dedicado con todo el cariño a J (y a I).
Ni que decir tiene que esta historia es una ficción y que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, eso si, con fuerte inspiración en hechos reales y buena dosis de coña.
Ruego que disculpen los que pudieran sentirse aludidos y que entiendan que está en la naturaleza de este triatleta andar llorando por todo :))