Mens sana in corpore sano
Esta semana está siendo un poco de recuperación. Así que estoy con algo de deporte indoor.
Y el caso es que no me termino de recuperar.
Vale que me perdiera la Media de Los Palacios, pero es que se me echa encima el Maratón de Sevilla, y tengo la preparación interrumpida en su tímido comienzo. Me tendré que poner las pilas.
El catarro este me ha servido para pensar un poco y replantearme algunas cosas básicas.
Yo diría que si algunas veces se ha dicho que lo mejor de las peleas con la pareja es luego hacer las paces, pues de un modo parecido lo mejor de las enfermedades es cuando te curas.
En este caso concreto he descendido física y moralmente a los infiernos, para poder renacer de mis cenizas cual Fenix. (¡Que exagerado!, por un catarrito de nada.)
Digo también moralmente, porque cuando tienes el cuerpo hecho birria, el talante anda en niveles semejantes, supongo que por no desentonar y por no dejar mal al pensador latino que dijo aquello de Mens sana in corpore sano. Osea una mente sana en un cuerpo sano.
Así que como yo he estado fastidiado de cuerpo estos días, mis neuronas no daban ni la hora, y si acaso se descolgaban de vez en cuando con alguna paranoia.
En una semana de fiebre, la cantidad de ideas delirantes de escaso interés que me han cruzado por dentro del cráneo, han sido unas pocas, y podéis darme gracias de que no haya apuntado ninguna y las haya olvidado sin mas.
Mis reflexiones sobre la película ET de Spilberg, sobre la Ley de Murphy de los envases de las medicinas, y sobre el método perfecto de hacer una quiniela de 10 aciertos, se han perdido en el Limbo de la convalecencia.
Hombre, algún recuerdo queda. Como por ejemplo, que me fueron recetadas tres medicinas, y justo al comprarlas con fiebre muy alta busque el prospecto de diminuta letra para leer la posología y saber si me tenía que tomar tres pastillas al día o todas de golpe y acabar de una puñetera vez con mi sufrimiento.
Pues bien buscando el prospecto de las tres cajas, abrí las tres por el lado en el que papelito no estaba.
Después de este primer episodio, en siete días de tratamiento, no he dejado de encontrarme el puñetero prospecto (o el churro arrugado que queda) en ninguna de las tomas. Todos los días, al abrir la caja ahí estaba. Es un 50% de probabilidad, pero la experiencia rompe todas las teorías de la Probabilidad.
Hecho el inciso, como digo de algo si ha servido esta semana. Para hacer tabla rasa, y pasar de la desgana, el fastidio y el mal humor, a ir recordando poco a poco, el porqué de las cosas en las que me afano cada día (incluyendo el deporte), y renovar las ilusiones y las ganas.
De estas razones y motivaciones ya iré dejando muestra por aquí, espero.
Bueno ya acabo, pero por dejar algo útil escrito por aquí decir, a modo de fe de errores, que lo de Mens sana in corpore sano, es una frase atribuida a varios filósofos, pero que al parecer pertenece a Juvenal un poeta satírico latino de finales del Siglo I y principios del Siglo II, que con ello quería decir algo así como la necesidad de poseer un espíritu equilibrado en un cuerpo también equilibrado. Nada que ver con el sentido que le damos nosotros a la frase: Mente sana en un cuerpo sano.
Como curiosidad decir que también Juvenal es el responsable de frases como “Pan y Circo” y la de “Quien vigila a los vigilantes”.
Mente sana en un cuerpo sano: como le decía a mi profesora de Latín, son licencias de la traducción libre o a Ojo.
Y añado, que si no tenemos reparos en vestir de rojo a San Nicolás y ponerlo a vender refrescos de cola, pues igual me cojo yo a Juvenal y le pongo a vender gimnasios o videos de triatlón. Mira tú.
(Fuente Wikipedia)
Y el caso es que no me termino de recuperar.
Vale que me perdiera la Media de Los Palacios, pero es que se me echa encima el Maratón de Sevilla, y tengo la preparación interrumpida en su tímido comienzo. Me tendré que poner las pilas.
El catarro este me ha servido para pensar un poco y replantearme algunas cosas básicas.
Yo diría que si algunas veces se ha dicho que lo mejor de las peleas con la pareja es luego hacer las paces, pues de un modo parecido lo mejor de las enfermedades es cuando te curas.
En este caso concreto he descendido física y moralmente a los infiernos, para poder renacer de mis cenizas cual Fenix. (¡Que exagerado!, por un catarrito de nada.)
Digo también moralmente, porque cuando tienes el cuerpo hecho birria, el talante anda en niveles semejantes, supongo que por no desentonar y por no dejar mal al pensador latino que dijo aquello de Mens sana in corpore sano. Osea una mente sana en un cuerpo sano.
Así que como yo he estado fastidiado de cuerpo estos días, mis neuronas no daban ni la hora, y si acaso se descolgaban de vez en cuando con alguna paranoia.
En una semana de fiebre, la cantidad de ideas delirantes de escaso interés que me han cruzado por dentro del cráneo, han sido unas pocas, y podéis darme gracias de que no haya apuntado ninguna y las haya olvidado sin mas.
Mis reflexiones sobre la película ET de Spilberg, sobre la Ley de Murphy de los envases de las medicinas, y sobre el método perfecto de hacer una quiniela de 10 aciertos, se han perdido en el Limbo de la convalecencia.
Hombre, algún recuerdo queda. Como por ejemplo, que me fueron recetadas tres medicinas, y justo al comprarlas con fiebre muy alta busque el prospecto de diminuta letra para leer la posología y saber si me tenía que tomar tres pastillas al día o todas de golpe y acabar de una puñetera vez con mi sufrimiento.
Pues bien buscando el prospecto de las tres cajas, abrí las tres por el lado en el que papelito no estaba.
Después de este primer episodio, en siete días de tratamiento, no he dejado de encontrarme el puñetero prospecto (o el churro arrugado que queda) en ninguna de las tomas. Todos los días, al abrir la caja ahí estaba. Es un 50% de probabilidad, pero la experiencia rompe todas las teorías de la Probabilidad.
Hecho el inciso, como digo de algo si ha servido esta semana. Para hacer tabla rasa, y pasar de la desgana, el fastidio y el mal humor, a ir recordando poco a poco, el porqué de las cosas en las que me afano cada día (incluyendo el deporte), y renovar las ilusiones y las ganas.
De estas razones y motivaciones ya iré dejando muestra por aquí, espero.
Bueno ya acabo, pero por dejar algo útil escrito por aquí decir, a modo de fe de errores, que lo de Mens sana in corpore sano, es una frase atribuida a varios filósofos, pero que al parecer pertenece a Juvenal un poeta satírico latino de finales del Siglo I y principios del Siglo II, que con ello quería decir algo así como la necesidad de poseer un espíritu equilibrado en un cuerpo también equilibrado. Nada que ver con el sentido que le damos nosotros a la frase: Mente sana en un cuerpo sano.
Como curiosidad decir que también Juvenal es el responsable de frases como “Pan y Circo” y la de “Quien vigila a los vigilantes”.
Mente sana en un cuerpo sano: como le decía a mi profesora de Latín, son licencias de la traducción libre o a Ojo.
Y añado, que si no tenemos reparos en vestir de rojo a San Nicolás y ponerlo a vender refrescos de cola, pues igual me cojo yo a Juvenal y le pongo a vender gimnasios o videos de triatlón. Mira tú.
(Fuente Wikipedia)
6 comentarios:
No te engañes! un buen plato de jamón y queso con unas cervezas y cuando te vienes a dar cuenta estás en el km 32 de la maratón, eso si que es mente sana y cuerpo ?....
Jesús, tú préstale atención a Stani (que es como el Juvenal murciano con sus sentencias jaculatorias, ja,ja), y verás como acaban todos tus problemas...
Con lo de las aspirinas, más que documentarte sobre el sabio romano Juvenal (¡cuánto daño está haciendo la Wikipedia, eh!), deberías haberlo hecho sobre el cabroncete de Murfi. No puedo estar más de acuerdo.
En fin, que mucho ánimo, porque yo también he visto cortada la meteorica trayectoria de mis entrenamientos por un jodido catarro y tengo al mono Amedio aquí con ganas de sacarme a trotar por ahí... ¡menos mal que no tengo en mi planificación ninguna maratón! (weno, realmente no tengo nada, que yo voy por libre, ja,ja).
FELIZ NAVIDAD y MENTE SANA COMO UNA MANZANA.
Ja, ja, ja, ja... Me descojono con lo de los prospectos. ¿Por qué cojones nos pasa a todos lo mismo?
Otra sentencia a tener en cuenta "¿quién entrena a los entrenadores?"
Dani
¡Felices fiestas y feliz año nuevo!... (me da la sensación de que esto lo he oído ya en alguna parte, ja,ja)
La ley de Murphy, qué cierto es. Macho ¡que no te cuidas nada! ¿o es que te da más medo entrenar que estar malo? Haz caso al doctor Stani: Jamón y Estrella de Levante.
Felicidades.
Muchas gracias por los ánimos. Al final Stani y Xarli, se demuestra los beneficios del jamón el queso, langostinos y demás, porque me he puesto bueno.
Llevo tanta glucosa navideña dentro que el otro día salí a correr y no podía parar.
Que te mejores ahora del tuyo Xarli, y Feliz Año Nuevo a todos
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