¿Flema?

Camino del coche, bastante antes de llegar a él, veo un grupo de chicos de unos 14 años junto a él.
Lo siguiente que veo es que o está muy limpia, o no hay ventanilla en el lado del conductor. Descarto lo de la limpieza, porque el hecho de no tener plaza de garaje, me obliga a mantener siempre cierta cantidad de suciedad en los cristales.
Ya mas cerca, un clarificador rastro de cristalitos rotos en el suelo, me ayudan a hacerme una correcta composición de lugar.
Para cuando llego a la altura del coche, unos segundos después, ya tengo digerida la noticia.

Les pregunto a los chicos para que me confirmen:
- ¿Qué ha pasado? Vaya, Imagino que han robado la radio ¿no? - les pregunto

Después de atropellarse un poco entre sí, uno de ellos se hace por fin con el turno de palabra, y me explica:
- Sí, hace ya un rato que la señora que ha visto la ventana rota ha llamado a la Policía, ha dado la matrícula, pero no vienen así que nos ha pedido que nos quedemos aquí esperando a que llegue el dueño.

- Buff No creo que la policía venga a esto, ni siquiera nadie ha visto como lo robaban.

- La verdad es que tardan mucho- me dice otro de los chavales.

- Bueno pues yo creo que ya os podéis ir. Muchas gracias.

- No, no, preferimos quedarnos hasta que llegue el dueño.

- Es que yo soy el propietario - les contesto.

Los tres chavales se quedan muy sorprendidos, y uno de ellos me dice,

- Pues déjeme que le diga, que me parece usted un hombre muy tranquilo... creo que si hubiera sido yo...

Trato de justificarles mi calma:
- En realidad, cuando uno aparca el coche en la calle, es algo que tiene asumido que esto puede pasar en cualquier momento, una especie de lotería, cuestión de suerte. Hacía ya tres años de la última vez- les explico, aunque realmente estoy pensando que gran parte de mi calma, se debe a que vengo de nadar una hora, y hacer una sesión de spining bastante intensa.
La reacción habría sido bastante diferente de encontrarme este pastel, antes de quemar el estrés del día, en una buena sesión de entrenamientos.

Quito los cristales del asiento ayudándome con una bolsa, que no evita que me corte un poco en un dedo.
Ni así pierdo, lo que podríamos llamar flema británica, pero que a mi madre que me conoce, y sabe que en mi no concurre ninguna influencia de la Gran Bretaña , no duda en calificarlo como “tener horchata en las venas”.
Ella prefiere una reacción caliente, temperamental rápida y desmedida, pero al mismo tiempo sincera, mil veces antes, que una sosegada y meditada, que oculte verdaderos sentimientos.

Pero la cosa es que yo estoy realmente tranquilo, así que debe ser flema , aunque no sea británica.

Las cosas se ven distintas al día siguiente, después de pasar la tarde de acá para allá peleando con la Compañía de seguros, el taller, buscando radio, denunciando robo….y con 40º en Sevilla.
Ya con la flema transformada en flama (en Andalucía flama es bochorno y calor), veo la cosa diferente. Parado en un atasco, me estoy acordando en toda la parentela del caco anónimo, pondría música para relajarme, pero no puedo, y trataría de pensar en otra cosa, pero para distraerme suelo escuchar noticias, que tampoco puedo.
Y el calor, que ya no es culpa del caco, sino de lo que tarda en enfriar el aire del coche, empieza a tocarme también la moral. Trato de cantar “Buffalo Soldier”, porque cuando paso calor en el coche me da por Bob Marley. Por nada en especial. En mi época de estudiante con mi antiguo Volkswagen negro sin aire acondicionado, pasé mucho calor, y en aquel Verano del 2000 solo llevaba en el coche un cassete de Bob Marley.

Mi interpretación de “Buffalo Soldier”, encubierta por una adecuada cobertura musical, y el volumen bien alto, yo la autoevaluaba como decente, pero he descubierto, que así a capella, pierde un montón.

Vamos que canto que es un horror. Así que dejo enseguida de cantar y continúo con mi cabreo.

A lo mejor no soy un “hombre tranquilo”, sino tan solo que tardo en cabrearme.

PD. Estoy entrenando mucho y bien. Van 7 semanas fiel a los planes de entrenamiento.